miércoles, 21 de noviembre de 2007

Untitled (Batalla Número 1)

Ese día fue a la plaza, tranquilo como de costumbre. Se sentó en el banco en frente del arenero donde jugaban los niños pequeños, algunos intentando hacer castillos de arena con vasos de plástico rotos, otros jugando con pequeños autitos de juguete salidos de bolsas de papas fritas. Ahí cerca estaban unos niños mas grandes en las hamacas, en los subí-bajas, el tobogan y el pasamanos. Las madres, sentadas cerca, chuchichiaban el chisme mas reciente que habían escuchado en la panadería o en la peluquería. De cuando en cuando retaban a sus hijos, a los mas pequeños por comer arena o algún insecto o bicho que levantaron del pasto, y a los ya mas grandes por golpearse, correr o simplemente por sus gritos. Esos gritos de felicidad que a los adultos les resulta molestos; quien sabe si es por envidia o porque los distrae de lo que estaban pensando.

Él se sentó en el medio del banco desocupado a disfrutar de ese hermoso día. Como era costumbre saco su paquete de 10 cigarrillos del bolsillo de su camisa a cuadros, el encendedor del bolsillo derecho del jean gastado, eligió uno de los 3 cigarrillos que le quedaban se lo puso en la boca mientras guardaba el paquete y lo prendió. Mientras inhalaba el humo guardo el encendedor, extendió los brazos por el respaldo del banco y tiro la cabeza para atrás. Con los ojos cerrados detrás de sus anteojos oscuros se quedo un buen rato disfrutando del cigarrillo y del día.

Hasta que de pronto el día se oscureció mas de lo que los anteojos de sol lo hacían. Y también él se vio en mas humo del que el cigarrillo despedia. Bajó sus anteojos de sol hasta la nariz y la imagen que tuvo en frente lo dejo petrificado por unos segundos. Cara a cara (invertidas la una de la otra por la posición en la que él se encontraba) tenia a un dragón. Verde, mas alto que el árbol mas grande de la plaza, con unos penetrantes ojos negros con pupilas rojas y despidiendo grandes cantidades de humo por las fosas nasales. De pronto el dragón sonrió y dejo en evidencia una dientes del tamaño del brazo de un fisicoculturista. Sin previo aviso el dragón tiro un golpe con la garra izquierda. Apenas pudo evitar el golpe y ver como la garra del dragón destrozaba el banco blanco.

¨Hace rato que esto no pasaba¨ pensó y agarro la espada que estaba apoyada en el árbol mas cercano. Con la espada en mano corrió de frente al dragón, esquivando un golpe de la cola, utilizo un cantero de ladrillo y salto para pegarle una estocada. El dragón pego un pequeño salto hacia atrás (pequeño para el dragón pero hizo retumbar toda la manzana) y pudo evitar el golpe de la afilada hoja de la espada. Aprovechando la caída el dragón utilizo su larga cola para hacer caer al muchacho. Cayó de espaldas no sin antes cortarle la punta de la cola. El dragón grito del dolor. Con uno de esos gritos que se escuchan en lo mas profundo del alma.
Y fuego salio de su boca. El muchacho logro agarrar el escudo que estaba tirado por ahí cerca y se cubrió a ultimo minuto. Se podía sentir el calor de las llamas aun detrás del escudo. Desde el piso y desde atrás del escudo el muchacho pudo ver como en la plaza los niños seguían jugando tranquilos y las madres seguían con el chusmerio. Pero eso no lo distrajo. Aprovecho la posición en la que estaba y asistió un certero golpe al tobillo izquierdo del dragón. Este grito del dolor nuevamente (lo que hizo que dejara de emitir fuego) y salto. Pero este salto fue mayor al otro y se reubico. Fue a ubicarse encima de la estatua de ese procer del que ya nadie se acuerda.
El muchacho se paró, miro cara a cara al dragón y sonrió. El dragón se enfureció aun mas de lo que ya estaba y agito sus alas. El muchacho sonrió nuevamente con una confianza que daba envidia.
Y de pronto la estatua se rompió, no soporto el peso del enorme dragón y cedió ante este. El dragón cayó de bruces encima de la estatua. Se clavo las patas del caballo, que quedaron partidas, la mitad aun en el monumento y la otra enterradas en el vientre del dragón. El muchacho se acerco caminando al dragón que aullaba descontrolado del dolor, levanto la espada con ambas manos y la enterró en el cráneo del dragón. Y ahí quedo la espada. El dragón no se movió mas.
El muchacho levanto la mirada y observo como todos en la plaza lo miraban fijamente. Los niños habían dejado de jugar, algunos tan bruscamente que aun tenían el autito de plástico en la mano alzada. Las madres se había puesto de pie (solo algunas) y las mujeres que deciden ir a correr a la plaza suspendieron su actividad solo para observarlo.
Pero no porque había matado un dragón.
Porque no había dragón. El monumento del procer que nadie recuerda estaba intacto. El banco blanco estaba todavía vacío pero entero. No había arboles quemados, ni espadas, ni escudos y mucho menos manchas de sangre.
El muchacho entendió enseguida que pasaba. Levanto su paquete de cigarrillos del piso, agarro los anteojos oscuros que habían quedado en el banco y murmurando ¨otra vez¨ para si mismo se dio la vuelta y emprendió el camino de vuelta. Arrastrando la espada en una mano y el escudo en la otra...

5 comentarios:

Indio Sangriento dijo...

Muy linda historia surrealista. Disfrute mucho leyendola. Me compenetre en ella, jeje.
Saludos!

Nn dijo...

Publico para que no llores. Después lo leo de a de veras y respondo acorde.
:P

Lala dijo...

Ya me parecía muy extraño que no te visitara un dragón por el blog... muy, muy extraño.

Sabés la cantidad de dragones que hay en las plazas, en las calles y en cada recoveco de la city, y sabés las veces que los derribamos, nos azotan y los volvemos a matar? Y la sangrre que queda se va, o nadie la ve, y todo es un gran simbolo, y tampoco nadie lo ve, sólo nosotros.

Te amo.










Pd:
Puerco araña,
puerco araña,
al mal ataca con su telaraña,
con su colita retorcida,
da besitos con su trompita, miraaaaa
es el puerco araña !

Anónimo dijo...

Tom, más allá de que creo que está un poco loco, quería decirte q no tenía tu lado artístico, y que dicho sea de paso,....it's quite good!

Abrazo

Leo

Anónimo dijo...

Linda historia. Me hizo pensar en Link de Zelda (pero no en Xander eh! jajaja)
Sigue así!

^^

Cya